martes, 2 de marzo de 2010

"Mi vida es mucho mejor sin ella - le escribí - me siento más libre y con muchos menos problemas" Todo eso se derrumbó el día que la ví.

Esas seis cuadras fueron una eternidad, mi corazón me latía a más no poder, como cuando en los dibujitos animados muestran que se les sale el corazón hacia afuera de tanto palpitar, mis manos temblaban, y, simplemente, estaba transpirando demasiado. Frénetico. Sí, siempre me sucede cuando voy a verla. Cuando la ví, sentí una puntada en mi corazón, mi mano temblaba más aún; no sabía como iba a reaccionar ella, estaba vendada, así que no podía verme, me paré en frente de ella con una flor en la mano, apenas se sacó la venda me miró, me besó y me dio un abrazo. Mi corazón empezó a bajar sus palpitaciones, mi cuerpo estaba volviendo a estabilizarse, ya no transpiraba más.

Fuí enteramente feliz aquel día, como un niño en una juguetería, todo era perfecto. Yo agarrando su mano. Yo besandola. Yo abrazandola. Yo sosteniendola. Yo invitandola a comer. Ella & Yo. Ella & Yo. ELLA & YO. Era mía, por tan sólo 24 horas.

Cuando volví a mi casa, y pensé en lo que había escrito, me dí cuenta que era una total mentira. Cuando estaba con ella podía ser feliz, enteramente feliz, se notaba en cada célula de mi ser, estaba realmente equivocada.